Nota 1- Camino de rosas   

Carlos Pérez-Herce dibujando apuntes en el campo

Sé, por propia experiencia, que la Pintura no es ningún camino de rosas. Pero creo que los márgenes de ese camino son tan maravillosos que no los cambiaría por nada. Un solo amanecer en el campo con el caballete, el lienzo, la paleta y los colores listos para empezar, compensa todos los sinsabores. Al menos a mí.

Pienso en algunos ejemplos: Picasso tuvo un durísimo aprendizaje en sus años jóvenes. Hambriento y muerto de frío en su época de Bateau – Lavoir, sólo encontraba calor en algún vaso de vino tinto o en la tibia compañía de la dulce y perezosa Fernandez. A El Greco lo echaron de El Escorial. Creo que Marañón acierta en que los culpables fueron los cuadros del Bosco, otro pintor. Pero Dios bendijo el Arte y la semilla voló y fue a caer en Toledo, tierra fértil que lo hizo inmortal. A Velázquez le embargaron libros, joyas y cuadros nada más morir, precintando su estudio en Palacio. ¿Por qué? Contesta a la pregunta Esquilo: Porque el Arte es mucho más débil que la necesidad… Y estamos hablando de Velázquez.

Creo que para un pintor es bueno no perder nunca la sencillez y la modestia.